10 octubre 2010

empate del aficionados A en Madrid

A veces el fútbol es aburrido. Sucede que a veces, en el campo, unos quieren construir y otros destruir. Tan lícita es una cosa como la otra, pero claro, dentro de un orden, el que pone el colegiado. Pero si éste no lo hace desde el primer minuto, todo se vuelve bronco y absurdo. Dicen que el teatro tiene más espectadores en directo que el fútbol. La tele es otra cosa. Hay veces que les entiendo, a los del teatro, digo. Pongamos colores. De amarillo los creadores, de naranja los destructores. Pongamos nombres, el Sporting que va a lo suyo, a jugar al fútbol. El hoy local, Rayo del Pilar, que intenta evitar que el Seis de Diciembre juegue. Desde el primer minuto. Pongamos escenario, la Vereda de Ganapanes, campo pequeño. Y para acabar de pintar, pongamos el día, sol y nubes. Marcó Tito el 0-1, minuto 32. Empató el Rayo al borde del descanso. Su primer tiro entre los tres palos. Segunda parte, el Sporting a lo suyo, pero se queda con diez, nunca fue más injusto ver al rival con sus once sobre el campo, después de lo visto hasta ese momento. Minuto 31, Julio para un penalti, el post penalti y otro tiro más. No hubo más tiros naranjas. De ahí al final, un palo, mano milagrosa del meta local, ocasiones para el Seis y como decía Helenio Herrera, jugando mejor con diez que con once. Todos a la ducha. El agua suele tranquilizar ánimos y despertar cabezas. ¿O no? Se baja el telón.

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