11 marzo 2009

Se equivocan

Se equivocan aquellos que piensan que engañan a alguien cuando los sancionados juegan o cuando las fichas se falsean; se engañan a sí mismos. Se equivoca quien piensa que vale todo con tal de conseguir la victoria, se equivoca el que se olvida para qué estamos aquí. Si mejorar aquello con lo que nos enfrentamos todos los días no es el primer objetivo, aquí pintamos poco, yo por lo menos. Cuando uno es niño, encuentra infinitos caminos para alcanzar la felicidad, juegos, carreras, partidos y excursiones le sitúan cerca del cielo, pero con el paso de los años, estos caminos suelen converger en unos pocos, basados en una relaciones humanas aceptables, gratificantes, con una conciencia tranquila que se empeña no sólo en no hacer el mal a nadie sino en intentar hacer el bien. Alguien dirá que una victoria en el último minuto sabe a gloria. Doy fe de ello. Pocas cosas hay comparables a disfrutar de la victoria del equipo de tu alma, de esos segundos de euforia. Pero no nos olvidemos, para no caer en el absurdo y la estupidez, que esto del fútbol nunca ha dejado de ser un juego, aunque otros quieran hacer negocio de él, juego donde a veces se gana, a veces se pierde y a veces se firman tablas, pero donde no vale todo.

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