El Independiente fue superior (3-1)

Primera lluvia de Otoño para arrancar el partido y lo peor, lluvia de juego, pero del rival. El Independiente inició el partido con dominio absoluto, tocando la pelota y creando tal cantidad de ocasiones que daba la impresión de que el único resultado posible era una goleada. Los mediocampistas del Sporting hacían trabajo extra, pero casi siempre persiguiendo sombras porque no conseguian hacerse con el control de la pelota. Solo la gran actuación del meta Rivero y dos pelotas sacadas sobre la línea de gol por Mateo y por Dani, permitieron mantener la puerta a cero.
Un sensacional disparo desde la línea de centro del campo, con Rivero forzosamente adelantado para evitar la velocidad de los delanteros, se coló por la escuadra y deshizo el empate, justo cuando el esfuerzo en la presión empezaba a dar frutos, el Independiente perdía fuelle y los amarillos comenzaban a tener la pelota.
Marcó el Sporting al transformar Alfonso un claro penalti, llegándose al descanso con un empate que decía poco de lo visto en el campo. Esta vez, la suerte nos había favorecído claramente.
La segunda mitad resultó más equilibrada que la primera, con el Sporting aplicándose en la presión, obligando a disparar desde lejos a los locales y acercándose de vez en cuando por su área. Aún así, dos disparos se estrellaron en el larguero y muchos otros acabaron en las manos de un gran Rivero. Un despiste defensivo, tras los cambios, permitió por fin adelantarse al independiente, que a partir de ese momento volvió a ser dueño del partido. A pocos minutos del final, redondearon el resultado convirtiendo un claro penalti cometido por la defensa amarilla.