No es fácil de explicar un partido en que el rival no tiró a puerta hasta el minuto treinta de la segunda mitad pero se pasó medio partido por delante en el marcador. Un partido en que el árbitro se pasó el encuentro perjudicando en la señalización de faltas al Sporting pero no vio un penalti clamoroso que supondría el empate a dos. Si a esto añadimos que el primer gol del sporting fue anotado por su portero en un potente despeje al que el viento y la suerte empujaron dentro de la portería rival comprenderán la dificultad de la crónica.
No fue el mejor partido de los de Pruden pero gozaron de suficientes ocasiones como para no pasar apuros, entre ellas dos balones al larguero (Samuel y Sergi). Tampoco permitieron al rival ni un solo tiro a puerta hasta que se pusieron por delante en el marcador. Un gol en propia meta adelantó al Tres Cantos en la primera mitad y desconcertó a los amarillos, a los que costó volver al encuentro. El tanto de Rubén Rivero desde su área tuvo además el mérito de despertar al equipo y empujarlo a por el segundo gol que nos diese la victoria. Este se conseguiría tras una excelente jugada de Mateo, que da un pase de la muerte a Miguel, quien marca. Los minutos finales fueron de desconcierto y ataque del Tres Cantos, que pusieron en peligro el resultado. Al final, una mano, tan clara como absurda, dentro del área del Sporting fue ignorada por el colegiado, el peor sin duda del partido, y permitió a los locales llevarse unos puntos que habían merecido sin ayudas.
28 febrero 2010
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